viernes, 21 de diciembre de 2012

La enfermedad de Chávez y el futuro de Venezuela

 El pasado sábado por la noche, en cadena nacional, el presidente venezolano Hugo Chávez anunció la reaparición de “ algunas células malignas” en su cuerpo. Además, afirmó la necesidad de someterse a una nueva cirugía para extirpar el tumor, solicitó a la Asamblea Nacional el permiso para viajar a Cuba a realizar la operación, y pidió al pueblo venezolano apoyar al Vicepresidente Nicolas Maduro en caso de quedar inhabilitado. 
  El discurso y la unidad
Con tranquilidad, y flanqueado por Maduro y Diosdado Cabello (Presidente de la Asamblea Nacional), Chávez hizo en su discurso un recorrido por las “batallas históricas” en la historia venezolana, para luego hablar –con honestidad y claridad- sobre su otra “batalla”. Aclaró, con humildad, que la Revolución Bolivariana “ no depende de un hombre, hemos pasado etapas y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes” . Así, celebró el “fervor organizativo de las bases populares, de participación, eso nunca se vio aquí ¡jamás! Desde hace mucho tiempo no se había visto. Creo que jamás se vio en verdad en casi 200 años.
Luego manifestó que, en caso que “algo ocurriera que me inhabilitara de alguna manera”, Nicolas Maduro sería el candidato elegido por el PSUV y el Gran Polo Patriótico para sucederlo. Las palabras de Chávez para el actual Vicepresidente y ex Canciller fueron elocuentes: “Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera , con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta Patria”.
Tras ello, finalizó la intervención reclamando a las organizaciones sociales y colectivos espíritu unitario en las filas de la Revolución Bolivariana, al decir que, desde afuera, “no faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán. Ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras, como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria” .
Solidaridad internacional 

Apenas conocida la noticia, diversos dirigentes políticos de América Latina hicieron conocer su solidaridad con Chávez. Desde Barcelona, España, el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales , expresó “ a nombre del gobierno y del mío, nuestra preocupación y nuestra tristeza. Somos una familia grande, los hijos y los nietos de Simón Bolívar, por lo que este dolor es compartido hoy con el pueblo venezolano. Presidente, en este momento tan difícil, mucha suerte, mucha fortaleza, por el bien de la Patria Grande ”. En sintonía con Morales, la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, pidió orar la salud de Chávez.
A su vez, más de 25 organizaciones sociales argentinas emitieron una declaración conjunta titulada “Con Hugo Chávez, siempre!¨. Las organizaciones, entre las que se destacan el Capitulo Argentina de los Movimientos Sociales hacia el ALBA, el Movimiento Nacional Campesino Indígena y la Organización Social y Política Los Pibes, expresaron que “estamos con Chávez porque representa la unidad latinoamericana antiimperialista. Estamos con Chávez porque nadie jamás hizo tanto por los humildes y condenados de la tierra, en tan poco tiempo. Estamos con Chávez, en las buenas y en las malas, porque su liderazgo nos convoca a seguir caminando hacia la segunda y definitiva independencia”. En La Habana, además, decenas de venezolanos que se encuentran estudiando en Cuba realizaron el domingo una movilización a la Embajada de la República Bolivariana, bajo el lema “Viviremos y Venceremos”. Esa solidaridad también se expresará este lunes en las redes virtuales, con un “tuitazo” por la salud del presidente venezolano a las 13.30 hs de Argentina (12 hs Venezuela).
La movilización por Chávez de los movimientos sociales a escala continental demuestra el papel que el presidente venezolano ha jugado, en estos 14 años, poniendo de relieve una perspectiva antiimperialista y popular, fomentando la participación protagónica de la sociedad, y planteando un horizonte socialista para nuestros pueblos.

Un avance irreversible

 
 El PSUV obtuvo una victoria arrasadora en las elecciones venezolanas. La derecha esperaba que, ante la enfermedad del presidente Hugo Chávez, cundieran el desaliento y la resignación que harían morder el polvo de la derrota a los bolivarianos. Ocurrió exactamente lo contrario: el chavismo avanzó en los grandes bastiones de la oposición, que sólo pudo retener tres de los siete estados que antes controlaba. Triunfó en Zulia, emporio petrolero y el estado con mayor población, y en Carabobo, núcleo industrial del país. Aparte se alzó con la victoria en Táchira, estado fronterizo con Colombia y ruta preferencial de paramilitares y narcos para sembrar el terror en Venezuela; y en la insular Nueva Esparta.

Hay un par de casos que merecen un párrafo aparte: en Zulia el candidato de la derecha, Pablo Pérez, no pudo ser reelecto perdiendo casi 85.000 votos en el camino y bajando del 53 por ciento, obtenido en las elecciones del 2008, al 48 por ciento. Mientras, el candidato chavista subía del 45 al 52 por ciento, cosechando una clarísima victoria en un estado que había sido tradicionalmente hostil a los bolivarianos. Y en Miranda el ex candidato presidencial Henrique Capriles ni siquiera mantuvo su caudal electoral: había obtenido el 53 por ciento en el 2008 y logró el 52 por ciento anteayer, reduciendo el margen de su victoria y fracasando en su apuesta –y la de toda la derecha y el imperio– de transformar su protagonismo en la reciente pugna presidencial en un trampolín que lo instalase como el gran contendor del chavismo para las elecciones presidenciales que eventualmente pudieran tener lugar en el caso de que Chávez no asumiera la presidencia el próximo 10 de enero.

¿Cuál es la principal lección que puede extraerse de lo ocurrido el domingo pasado? A nuestro juicio, que las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que tuvieron lugar a lo largo de catorce años de hegemonía chavista han tenido un calado tan hondo que aun en ausencia del líder histórico y fundador del movimiento sus voceros y sucesores están en condiciones de derrotar ampliamente a sus adversarios. Más allá de las controversias que, ante los ojos de las clases y capas su-balternas, pudiera suscitar uno u otro personaje del elenco bolivariano, ellos son percibidos como representantes de la nueva etapa histórica por la que comenzó a transitar Venezuela desde comienzos de 1999, y ese pueblo no está dispuesto a regresar al pasado. La oposición, al menos hasta ahora, no aparece como una alternativa ni cuenta con un referente capaz de derrotar al chavismo. Cuesta pensar que en la eventualidad de una elección presidencial –precipitada por la inhabilitación absoluta que pudiera tener Hugo Chávez para asumir la presidencia– Capriles pudiera construir un liderazgo que, más allá de la mercadotecnia política ofrecida y financiada por Estados Unidos, tuviera la fuerza necesaria como para oponerse a la eficacia práctica del legado histórico del chavismo. Es decir, a la ciudadanización de grandes masas tradicionalmente excluidas y explotadas y a los grandes avances en materia de salud, educación, cultura, vivienda, seguridad social y recreación.

En este sentido podría arriesgarse la hipótesis de que el proceso bolivariano habría pasado un punto de no retorno, constituyendo una sólida y perdurable mayoría electoral suficientemente blindada ante los ocasionales sinsabores de la coyuntura o las frustraciones provocadas por algunas decepcionantes (y puntuales) experiencias de gobierno. La historia del Partido del Congreso en la India, del PRI en México y del peronismo en la Argentina son otros tantos ejemplos que confirman que cuando la hegemonía electoral se asienta sobre las raíces de un proceso de profundas transformaciones –aun cuando se encuentre en curso, como es el caso de Venezuela–, la correlación de fuerzas que se arraiga en el plano de lo social y que opone a ricos y pobres, capitalistas y trabajadores, no puede dejar de proyectarse sobre los procesos políticos electorales. Esto fue lo que ocurrió en las recientes elecciones venezolanas, que ratifica lo que expresara Fidel en su carta a Nicolás Maduro, el 15 de diciembre, cuando dijo que tenía la seguridad de que por dolorosa que fuese la ausencia de Chávez, los venezolanos “serían capaces de continuar su obra”. Quienes también van a continuar su obra van a ser los imperialistas y sus aliados locales, de modo que será preciso mantenerse en una actitud de permanente vigilancia. Porque, si no pudieron derrotar al chavismo en las elecciones sólo por un alarde de ingenuidad podría pensarse que ahora archivarán sus proyectos de dominación y se quedarán de brazos cruzados, resignados ante el inapelable veredicto de las urnas.

Un homenaje a Chávez y otra derrota de EEUU

 
El abrumador triunfo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las elecciones de este domingo en ese país constituyó sin duda alguna un merecido homenaje al Presidente Hugo Chávez, y otra derrota contundente en menos de dos meses para la derecha ultraconservadora latinoamericana y para sus patronos de Estados Unidos. 

La victoria de los Socialistas en 20 de las 23 gobernaciones de esa nación fue además una respuesta contundente a declaraciones indignas del inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, sobre Chávez, quien se encuentra en proceso de recuperación en Cuba, luego de ser sometido a una compleja y delicada operación.
Venezuela volvió a propinarle otro duro guantazo a Washington que ha hecho lo imposible, a través de sus conocidos métodos de subversión, por lograr que las tradicionales fuerzas políticas neoliberales vuelvan al poder en ese estado de nuestra región, y se interrumpa la Revolución liderada por su actual mandatario. 

El régimen norteamericano encabezado por Obama ya había sufrido otro contundente revés con el triunfo de Chávez en las elecciones presidenciales de noviembre pasado, en las cuales liquidó al candidato promovido y financiado por la Casa Blanca Henrique Capriles.
Tras los recién celebrados comicios regionales, el PSUV controla ahora más del 94 por ciento del territorio venezolano, lo que le permite consolidar el proyecto independentista y soberano emprendido por Chávez, y que se extiende hoy como pólvora por toda America Latina.
No es un secreto para nadie que la conquista de los Socialistas venezolanos constituye asimismo un espaldarazo a los procesos de cambios que tienen lugar en un grupo de países latinoamericanos, como Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina y Nicaragua, por citar algunos.
Al mismo tiempo, es un importante empuje para la consolidación de la unidad regional a través de organizaciones integracionistas creadas en los últimos años, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y El Mercado Común del Sur (MECOSUR).
De otro lado, la victoria del PSUV evidencia claramente el fortalecimiento del liderazgo de Chávez, no solo en su país, sino también internacionalmente, algo que le preocupa mucho a Washington, y que ha dejado claro, al apostar hasta por una eventual desaparición física del presidente. 

Pero las muestras de solidaridad en todos los rincones del planeta hacia el mandatario venezolano y líder latinoamericano han opacado los deseos perversos del régimen de Estados Unidos, que una vez más ha demostrado que no tiene ni gota de humanidad, y carece totalmente de escrúpulos.