Carlos Carcione, Stalin Pérez, Juan García, Gonzalo Gómez, Zuleika Matamoros, Alexander Marín
Introducción
Introducción
Cuando en la noche del 8 de diciembre de
2012 el Comandante Chávez avisó que podría suceder una situación
sobrevenida, muchos que no querían creer tuvieron que tomar en cuenta la
gravedad de la situación. El Proceso Bolivariano empezaba a vivir su
mayor prueba en 14 años. De la mano de lo no deseado entrabamos en un
tiempo de desafíos. Se probaría el liderazgo señalado para la
continuidad del proyecto. Se probaría la fortaleza del proyecto mismo y
sobre todo la disposición para avanzar al ritmo del motor del Proceso:
el Pueblo Bolivariano.
Por eso este balance no es uno más. Tiene
características históricas. ¿Será posible avanzar en la conquista de la
definitiva Independencia? ¿Se podrá romper con las ataduras del
capitalismo dependiente y pa-rasitario venezolano? ¿Se podrá avanzar
hacia las tareas pendientes de la Revolución Democrática Bolivariana,
transformándola en transi-ción hacia el anticapitalismo y el socialismo?
¿Estarán a la altura de la tarea los líderes del Proceso? O por el
contrario ¿Se aplicarán hasta el final las contrarreformas que exige la
burguesía y a las que esos líde-res se han mostrado sensibles, a cambio
de sostener un sistema po-lítico que no es el del Proceso? Estas
preguntas, entre otras, marca-ron el nivel de incertidumbre del 2013 y
de sus respuestas depende en gran parte el futuro de la Revolución.
El fallecimiento del Comandante tuvo el impacto de un sismo. Durante
más de diez días, en un inmenso desfile de lealtad, el Pueblo
Boliva-riano lloró a su líder. Más de 7 millones hicieron su procesión
de luto y juramentaron seguir la lucha. No obedecieron la orden del
cierre de puertas de la capilla ardiente y como en tantas otras
oportunidades im-pusieron su voluntad. No habían rescatado a su
presidente del Golpe de Abril y al país del Paro Sabotaje para quedarse a
las puertas del más doloroso de los momentos de estos 20 años.
Tenían que verlo y jurar. Y lo hicieron, a pesar de que apenas un mes
antes, el 8 de febrero, el nivel de vida de ese pueblo, había recibido
un gran golpe. La devaluación desmentida previamente por las
autori-dades, fue sancionada un viernes previo a las vacaciones de
Carnaval al mejor estilo neoliberal dejando más pobre a ese pueblo.
Desde entonces quedó a la vista la crisis económica más grave de es-tos
años. Crisis que, por la pasividad, ingenuidad o complicidad de
sectores del gobierno, la oposición de derecha convirtió en Guerra
contra el Proceso con el objetivo de derrotarlo. Los números de esta
crisis son categóricos: más del 50% de inflación, 30% de
desabasteci-miento programado en productos esenciales, usura brutal en
los pre-cios, evaporación del salario, especulación descarada con el
dólar pa-ralelo, crecimiento desproporcionado del déficit fiscal,
instalación de un procedimiento mafioso para apropiarse de los dólares
para la importa-ción, entre muchos otros, son los datos emergentes de un
fenómeno económico estructural: la disputa por el control y
distribución de la Renta Petrolera que ahora, sin Chávez, la burguesía
local y el Capital extranjero asociados a sectores de la alta burocracia
estatal, creyeron llegado el momento de recuperar totalmente.
Cuarenta días después del fallecimiento del Comandante Chávez las
elecciones presidenciales dan ganador a Nicolás Maduro por un míni-mo
margen. Las calles del país se tiñeron de sangre, 15 militantes
re-volucionarios (uno de ellos relacionado con Marea Socialista) fueron
asesinados por la orden contrarrevolucionaria de “drenar la arrechera”
dada por Capriles que no quiso reconocer su nueva derrota, este cri-men
está todavía impune. La oposición inició una campaña nacional e
internacional para debilitar todavía más al gobierno. Y alentaba el
des-contento existente por la crisis que sus financistas locales e
internacio-nales empujaban hasta convertirla en guerra económica.
Por su parte el presidente Maduro y el equipo político del gobierno,
sin convocar al Pueblo Bolivariano, buscaron el apoyo que suponían no le
habían dado los votos, en construir un acuerdo con los principales
empresarios y sus Cámaras, con la esperanza infundada de resolver
algunos de los problemas económicos que ellos mismos estaban creando. Se
pudo ver el descaro con el que Lorenzo Mendoza pedía por cadena
nacional que le entregaran a él las empresas estatales de alimentos para
ponerlas a producir. Sin embargo es un hecho que aún hoy no se consigue
la Harina Pan que sus empresas tendrían que su-ministrar al mercado. Y
así, mientras el gobierno buscaba estabilidad, cediendo a las exigencias
de los empresarios, se profundizaba la crisis y la situación llegó al
borde del abismo.
El giro se produjo el 6 de noviembre. Cuando
el presidente Nicolás Maduro decidió tomar las medidas de emergencia
contra la especula-ción y la usura, medidas que el pueblo apoyó
decididamente. Esas medidas re moralizaron al pueblo chavista que estaba
molesto, des-orientado y que, con su mal humor a punto de estallido,
presionaba para un cambio de rumbo. La presión generó una fuerte
corriente de opinión de la izquierda del proceso que instaló un debate y
propuestas que el gobierno, hasta entonces paralizado, asumió, y el
inicio de mo-vilizaciones de calle, aunque débiles, mostraron la
importancia de la participación popular en la construcción de las
políticas. Por eso en las calles y empresas se notó claramente el viraje
de aquel estado de áni-mo. Se pudo constatar la sintonía del pueblo con
las medidas de e-mergencia del presidente. Y como efecto colateral pero
importante, la desorientación de la oposición, que quedó desnuda
defendiendo a los usureros y especuladores, con el argumento puramente
ideológico de la defensa de la propiedad privada de… los usureros. Este
cambio que describimos se expresó con total claridad en las elecciones
municipa-les. No profundizaremos aquí los números ya que, en general,
respal-damos el análisis realizado por Javier Biardeau en su documen-to:
Analizar con cabeza fría. Las Brechas electorales entre gobierno y oposición, http://www.aporrea.org/actualidad/a178703.html.
Las medidas de emergencia primero y el resultado electoral dieron un
oxigeno vital al gobierno. Sin embargo, por la gravedad estructural de
la crisis, si no se profundiza en esta dirección, la recuperación no
dura-rá y, es más, ya empieza a mostrar síntomas de agotamiento. Dejando
de lado las medidas de fondo como la creación de una Central Única de
Importaciones y una Corporación del Comercio Exterior, de las que desde
el gobierno no se ha vuelto a hablar, pareciera que se pretende avanzar
hacia un simple ordenamiento del viejo esquema de econo-mía mixta. Por
otra parte la reunión entre el presidente Maduro y los alcaldes y
gobernadores de la oposición, cargada de “espíritu navide-ño”, muestra
signos preocupantes en relación al tipo de sistema políti-co que se
pretendería acordar, todo esto en la búsqueda de una “esta-bilidad”
apoyada en el acuerdo con una dirección política de la oposi-ción
“unida”, cuya experiencia está, por ahora, agotada y que empieza a estar
desprestigiada con sus propias bases.
El 2014, un año sin
elecciones a la vista, se desatarán todos estos un-dos conflictivos.
Después de las medidas y las elecciones municipales que dieron el
triunfo al gobierno, estamos viendo la imagen congelada en una
fotografía que tomará movimiento. Las fuerzas hostiles que desde el
gobierno se pretende hacer convivir en un llamado a la “paz” que la
oligarquía ha demostrado desde el momento de la asunción de Chávez en
1999 que no respeta, son irremediablemente opuestas y chocarán empujadas
por la profundidad de la crisis económica. De la posición que tome el
gobierno frente a esos choques que ya comen-zaron, dependerá su
consolidación o debilitamiento. El 2014, limpio de las distorsiones
electorales es, sin dudas, un año de definiciones.
¿Ordenar la economía mixta o avanzar hacia un nuevo modelo soberano e independiente?
Los últimos anuncios económicos insinúan que el camino elegido es el de
ordenar y sanear el viejo modelo de economía mixta, ampliando las
oportunidades a la acumulación privada de capital. Es decir a la
parti-cipación de la burguesía en la distribución de la Renta. El ajuste
en los precios altamente distorsionados de la economía se está
comenzando por intentar una eliminación de “subsidios” sin tocar las
bases estructu-rales de esa distorsión y de una administración más
“ordenada” del otorgamiento de dólares para la importación.
La
anunciada consulta sobre el aumento del precio interno de la gaso-lina,
consulta que es bueno decir no será real si no es por la vía
refren-daría contemplada en la Constitución, es un ejemplo de esta
política. Sin embargo no se habla de otros precios profundamente
rezagados como por ejemplo el Salario. Sin tiempo para hacer un estudio
en pro-fundidad y tomando únicamente el salario mínimo, se nota en la
simple comparación con los precios de los productos esenciales, que el
sala-rio ha perdido en el año al menos la mitad de su capacidad
adquisiti-va. Pero el propuesto aumento gradual del precio de la
gasolina será un ajuste con un fuerte impacto regresivo si no es
acompañado, al me-nos, con un ajuste similar en los salarios. Esto,
dicho con el alerta de que este mecanismo sólo puede funcionar en la
emergencia.
La política de regulación de los precios de la
economía nacional por medio de procedimientos administrativos, aunque
necesarios en la emergencia, tiene fuertes matices voluntaristas. No se
toma en cuenta que, por el tipo rentístico del capitalismo dependiente
venezolano, esos precios se forman en una disputa entre distintos
sectores socia-les por la apropiación de la renta petrolera. Es decir de
la riqueza cap-tada en el exterior por la venta de petróleo. Por lo
tanto: si no se rom-pe la dependencia de la renta y se pone en pie un
nuevo modelo pro-ductivo, esos precios hoy frenados por las correctas
medidas de emer-gencia, no se podrán corregir a mediano ni a largo plazo
por medio de simples regulaciones administrativas.
Sin embargo,
no es cualquier modelo productivo el que hay que cons-truir. Si
queremos defender el Proceso Bolivariano y frente al fracaso demostrado
en los últimos diez años del modelo de economía mixta, hay que
orientarse en el rumbo de tomar medidas estructuralmente
anticapitalistas. En este sentido para estar cónsonos con el Proceso,
hay tres palancas económicas que deben aplicarse como inicio de un plan:
a) Ni un dólar más a la burguesía. Control Estatal absoluto de la Renta Petrolera y de los dólares en las que ella se expresa.
b) Monopolio del Comercio Exterior con estricto control social.
c) Monopolio Estatal de la asignación del crédito para destinarlo al financiamiento del nuevo modelo productivo.
Sólo en este marco, la corrección de los precios que distorsionan
pro-fundamente la economía nacional como el de la gasolina, tendrán los
objetivos buscados. De lo contrario, alimentarán la hoguera
inflaciona-ria cuyas consecuencias sufrirá en primer lugar el pueblo que
vive de un salario. Por eso el debate propuesto para discutir el precio
de la ga-solina o el que se propone para los servicios eléctricos, debe
estar en el marco de una discusión global que debe contemplar: un nuevo
sis-tema impositivo que eliminando impuestos impopulares como el IVA,
avance a gravar fuertemente las ganancias, la especulación financiera,
los bienes suntuarios entre otros. Es decir un sistema impositivo que
haga que aporten los que más tienen. De la misma manera, la
recupe-ración de los dólares estafados al Estado por las maniobras de
impor-tación detectadas en el SITME y como ahora se supo en CADIVI, es
un paso imprescindible para resolver el financiamiento del Plan. Lo que
decimos es que el debate debe ser integral y no sólo sobre el precio de
la gasolina.
Las causas de los choques sociales que vienen.
La sensación de estabilidad política emergente del triunfo chavista en
las elecciones municipales es la expresión superficial de una
combina-ción de factores coyunturales:
a) Las medidas de emergencia contra la usura y la especulación que tuvieron impacto altamente positivo.
b)
Que al ser, noviembre y diciembre, la época del año donde se co-bran
los aguinaldos, el pueblo que vive de su trabajo disfruta de dis-poner,
en promedio, de dos y medio salarios mensuales.
Superada este
momento de factores coyunturales la crisis volverá a mostrar su cara más
cruel. Incluso, manteniendo y extendiendo las medidas contra la usura y
la especulación a rubros fundamentales co-mo alimentos e inmuebles como
lo espera el pueblo, y aunque se lo-gre llevar esos precios a los
niveles de mayo pasado, el salario no ha-brá recuperado el nivel previo
de compra, ya que para entonces la de-preciación de los salarios rondaba
un 30%.
Esto sumado a contrarreformas en marcha por parte de
los patronos privados y de las gerencias y los responsables del Estado
que vienen atacando conquistas económicas, sociales y socioeconómicas de
los trabajadores, anuncia una situación altamente conflictiva.
Pondremos algunos ejemplos de esto último:
a) La falta de
pago a las clínicas de los seguros de salud, HCM, de los trabajadores
por parte de las empresas o ministerios ha provocado una desatención
aguda. Un ejemplo son los educadores, una parte im-portante de los
600.000 maestros y profesores de la educación inicial están sin atención
médica. Esto sumado al colapso del sistema públi-co.
b) El congelamiento en la discusión de importantes convenciones colectivas.
c)
La insuficiencia y desajustes de las convenciones colectivas firma-das
que provocan un retraso salarial extremo, ejemplo trabajadores del
sector Salud.
d) Malestar de los trabajadores del sector
automotriz y autopartistas por un decreto que con la supuesta intención
de querer regular los pre-cios de los vehículos, lo que están es
favoreciendo a los importadores de vehículos y perjudicando derechos
contractuales de los trabajado-res como lo es el cupo anual para comprar
autos en las empresas en-sambladoras en donde prestan servicios.
e)
Inconformidad entre los trabajadores del sector cultura por el decre-to
de intervención del Teresa Carreño, hecho sin consultar a los
tra-bajadores y donde están en riesgo derechos adquiridos.
f) Y, la irregularidad y la falta de funcionamiento de los Mercales obre-ros, casa por casa, y de los Pdvales.
Además están en marcha otras prácticas que a falta de un nombre mejor seguiremos llamando contrarreformas:
a)
Política antisindical del Ministerio del Trabajo favoreciendo a las
pa-tronales. Ejemplo, casi dos años sin legalizar nuevos sindicatos.
Tra-bas y obstáculos para normalizar los existentes. Desmantelamiento
del sistema de seguridad y salud laboral y ataque a las representaciones
obreras en el sector (delegados de prevención). Y el impedimento pa-ra
la normalización sindical exigida en la Ley Orgánica del Trabajo por
parte del CNE.
b) Desconocimiento por parte de los
patronos privados de cláusulas fundamentales de la nueva LOTTT como por
ejemplo la adecuación de la jornada laboral.
c) Por
último no podemos dejar de señalar que la función de las nue-vas
gerencias o intervenciones de empresas estatales por parte de
mi-litares, está provocando un malestar en aumento entre los
trabaja-dores de esas empresas y una parálisis de la producción que
parece programada, en muchas de ellas.
No nos extenderemos en
esta lista que por supuesto es mucho más amplia. Pero era necesario
reseñarla porque en ella se encuentran las causas reales de un malestar,
que una vez superada la época navi-deña, hará aparición pública en toda
su dimensión y desencadenará conflictos y luchas.
Las expresiones políticas de esas fuerzas sociales.
Los conflictos que se presentarán a partir del concluido periodo
navi-deño tendrán la forma de luchas reivindicativas y estarán muy
proba-blemente aisladas unas de otras. Y es también probable que por eso
sean atacadas injustamente, aunque no perderán su fuerza e impac-to.
Sin embargo a pesar de esta apariencia reivindicativa, expresarán la
disputa económica y política que girará alrededor de la necesidad de
construcción del nuevo modelo productivo anticapitalista, como for-ma
eficiente, desde el punto de vista de los trabajadores, de superar la
actual crisis.
En este periodo se constatará si la CSBT, su
dirección, continúa cum-pliendo el papel de apagafuegos de los
conflictos y su dependencia extrema del gobierno. Pero si este papel no
cambia radicalmente, los trabajadores no esperarán por unos dirigentes
alejados de sus bases y seguirán su camino. La realidad los empujará
hacia ello. Si, como se rumorea, uno de los principales consejeros
políticos de la Central, pa-sa a ocupar el hoy deslucido y repudiado
despacho principal del Minis-terio del Trabajo, la presión de los
trabajadores también exigirá a ese organismo de manera más contundente
un rol que no ha tenido hasta la actualidad. Por otra parte al ser
profundamente político el proceso de conflictos que se avecinan,
similares en contenido a la lucha que derivó en la nacionalización de
SIDOR, también serán puestos a prue-ba los que hoy reclaman la
representación política del Pueblo Boliva-riano.
En este sentido
el papel que en las elecciones municipales cumplieron el PSUV y los
partidos del Gran Polo Patriótico no debe confundir a sus dirigentes. Si
la Dirección Nacional del PSUV cree, como lo está manifestando, que ha
consolidado su hegemonía como partido del pueblo chavista, se chocará de
frente con un vaciamiento de su mili-tancia todavía más contundente que
el actual. En un sentido estricto, las municipales han sido la ante
última oportunidad del PSUV como partido reconocido por el pueblo
chavista como propio en el terreno electoral. En los últimos años ha
tenido una dinámica expulsiva de la militancia de base y de cuadros
medios críticos o con simples inquietu-des políticas. Ha modificado su
forma organizativa hasta casi hacer imposible la participación de una
militancia que no sea administrada por alguno de los distintos grupos de
poder dentro del gobierno. Se ha convertido en un partido de cogollos
que negocian cargos y se apro-pian de las instancias de decisión. Su
funcionamiento es el de una ma-quinaria electorera que ha perdido toda
práctica democrática. Como corriente del partido podemos afirmar que
esta no es sólo nuestra vi-sión, conocemos de la existencia de
destacados dirigentes, cuadros y militantes que hacen críticas más duras
que las nuestras. En todo ca-so, la convocatoria al Congreso,
largamente postergado, se hace im-prescindible para intentar la
transformación necesaria del PSUV actual.
Por otra parte los
partidos del Gran Polo Patriótico y hablamos de los partidos que
realmente existen como tendencias del proyecto boliva-riano, no de las
vergonzosas franquicias electoreras que han apareci-do últimamente,
deben reflexionar en profundidad sobre su pa-pel. Luego de un buen
performance electoral en Octubre del 2012, han quedado desdibujados como
alternativas a los vicios que el pue-blo chavista critica del PSUV. El
nuevo momento que estamos transi-tando exige también para ellos, el
reconocimiento de una transforma-ción progresiva, que rompa con las
prácticas clientelares, instalen prácticas democráticas y que permita la
elaboración plural y crítica de la política revolucionaria.
También en el terreno de la organización política de las fuerzas de la
revolución entramos en un momento de definiciones. Nosotros, por ahora,
aspiramos a tener la oportunidad de plantear nuestras posicio-nes y
poder sentirnos representados en el Congreso del Partido, para desde
allí pelear por la transformación de esa maquinaria administrati-va en
un movimiento vivo, democrático y plural, donde las distintas
co-rrientes de opinión puedan sentirse representadas y escuchadas, que
ayude a profundizar el Proceso Bolivariano en un rumbo anticapita-lista.
Este punto estaría inconcluso si no señalamos la profunda crisis
exis-tente en la representación política de la oposición de derecha. Las
mu-nicipales mostraron desde el punto de vista político, más allá de
los números, la ineficiencia de esta oposición como alternativa al
chavis-mo para el pueblo que vive de su trabajo. Sin este
acompañamiento, difícilmente podrán retomar el gobierno por medios
electorales. La de-rrota que sufrió el 8/D, más que electoral, que lo
es, es política. Fue derrotado un proyecto de “unidad” para buscar la
alternancia política con el chavismo y así construir un nuevo régimen
político que ocupe el espacio que quedó vacante con el fallecimiento del
Comandante Chá-vez. Esta crisis y su dinámica de disputa interna por
los liderazgos y posibles rupturas, es, por ahora, una base de apoyo,
aunque imprede-cible, de estabilidad política para el gobierno, más allá
de sus propias contradicciones. También en este espacio se
desarrollarán fenómenos nuevos.
Los desafíos del 2014 para el pueblo que vive de su trabajo.
Sin dejar de defender integralmente las conquistas del Proceso, es
de-cir el legado revolucionario de Chávez, el Pueblo Bolivariano y más
allá, el conjunto del pueblo que vive de su trabajo, enfrentará en el
2014 tres desafíos fundamentales. Son también los desafíos que
ten-dremos los que apostamos como parte de ese pueblo, por avanzar en la
transición al socialismo. Ellos son:
a) Recuperar el
nivel de vida perdido por la crisis. Hoy mismo, en me-dio del periodo
navideño, se viven la dificultades para mantener el ni-vel de vida. El
desabastecimiento no se ha detenido pero sobre todo la crisis y la
guerra económica han evaporado el poder de compra del sa-lario. Desde
cada Sindicato de Base, cada Federación, cada Consejo de Trabajadores,
cada colectivo de trabajadores organizado, es nece-sario elevar el
reclamo y la exigencia por la recuperación de los ingre-sos de la
familia trabajadora. Esta será en sus inicios una lucha local pero
también hay que llevarla al plano nacional. Por eso es imprescin-dible
que desde cada una de esas luchas se emplace a la CSBT pa-ra reclamarle
al gobierno la resolución de este grave problema.
b)
Tomar la propuesta del gobierno de debatir los precios rezagados para
impulsar un gran debate nacional de los que vivimos de nuestro trabajo
para delinear el nuevo modelo productivo de la transición. La tarea de
construir el nuevo modelo productivo debe tomarla en sus manos el pueblo
trabajador. No se puede esperar que la solución cai-ga del cielo. Hay
sectores de nuestra clase obrera que ya han gene-rado importantes
insumos para este debate como por ejemplo el Plan Guayana Socialista.
Ese debate podemos comenzarlo por discutir en cada empresa el plan del
gobierno nacional de aumento de la gasoli-na. Este debate es una
oportunidad para proponer que se incorpore a los precios desplazados de
la economía: el salario. Y es también la ocasión de conseguir que esa
consulta tenga carácter refrendario. Así iremos construyendo y
reclamando desde las bases la Constituyente de los trabajadores y la
producción que necesitamos para definir el nuevo modelo productivo que
necesita nuestro Proceso.
c) Estructurar el programa y la
forma orgánica de la corriente, movi-miento, o instrumento político del
espacio de la izquierda del Proceso Bolivariano. El año 2013 también ha
puesto en evidencia las diferen-cias políticas y de orientación del
Proceso en el campo del chavismo. Importantes debates se han
desarrollado, principalmente sobre cómo enfrentar la crisis y la guerra
económica. Esos debates mostraron que la izquierda radical del Proceso
tiene importantes aportes para hacer, se vieron esos aportes en la
aplicación de las medidas de emergencia. Pero también hay otros aspectos
en los que la izquierda del Proceso tiene posición y puede hacer
aportes, por ejemplo: En el terreno de la defensa de los derechos
democráticos de luchadores sociales como Julián Conrado o el Vasco
Asier. La lucha contra la impunidad de los que realizan o planifican
intelectualmente asesinatos y persecuciones de luchadores de los pueblos
originarios, como Sabino, el movimiento campesino y el movimiento
obrero. Contra la pretensión de amnistiar a los responsables de la
masacre de Puente Llaguno y otros crímenes ocurridos durante el golpe y
el sabotaje, por caso, Simonovis. La lucha por el cumplimiento efectivo
de los derechos de género o en el terreno de los derechos ambientales.
Por la profundización de la participación democrática en la construcción
del anticapitalismo y de nuestro socia-lismo. En el terreno del control
obrero y la contraloría social. En el te-rreno de la solidaridad
internacional activa y concreta con los pueblos que luchan en el mundo,
como el heroico pueblo palestino contra el que se está perpetrando el
mayor genocidio de la historia por parte del régimen nazi de Israel. Y
en muchos otros aspectos en los que innu-merables colectivos,
plataformas y corrientes tenemos puntos coinci-dentes. La articulación
con un programa de este espacio político de la Izquierda del Proceso es
crucial para visibilizar todas estas posiciones y romper el cerco
mediático del que es objeto el pensamiento crítico.
d)
Uno de los rasgos más característicos del Proceso Bolivariano fue, desde
sus inicios, la visibilización de los hasta entonces invisibles. Que se
pudiera empezar a expresar la voz de los que no tenían voz pública. La
importancia dada al pensamiento crítico. La inclusión de los excluidos
en los derechos fundamentales. Como parte de eso se produjo un gran
proceso de debate y politización del Pueblo Boliva-riano. Congresos,
encuentros y multitud de actividades internacionales encontraron en
nuestro territorio un lugar para reunirse y debatir, ade-más de
solidarse con el Proceso. Nuestro pueblo se encontraba en plazas y
calles pero también en una cantidad enorme de locales y es-pacios, que
podían ser utilizados para todos los debates imprescin-dibles del
Proceso Bolivariano, nadie preguntaba qué organización re-volucionaria
convocaba una reunión o debate, los espacios disponibles podían ser
utilizados por todos, para fortalecer la formación, la organi-zación y
la conciencia del pueblo revolucionario. Multitud de colectivos se
organizaron, un fuerte y vital movimiento de comunicación popular y
alternativa nació y se desarrolló al calor del impulso de una importante
militancia de avanzada y en muchos casos con estímulos del Estado.
Nacieron radios comunitarias, periódicos alternativos, sitios webs,
tele-visoras populares, defensores del proceso, que fueron el vehículo
para escuchar la voz de aquellos invisibles y silenciados. Hoy, esa
explo-sión democrática y participativa está en peligro: Se redujeron
drástica-mente los espacios para el debate, y sólo pueden acceder
libremente a ellos sectores o grupos que siguen la “línea” oficial. La
comunicación popular y alternativa encuentra obstáculos más duros para
cumplir su misión, se invaden las frecuencias de las radios
comunitarias, no se consigue el apoyo para la impresión de periódicos
populares, los me-dios alternativos que muestran las luchas de nuestro
pueblo o las vo-ces críticas son presionados, muchos de los voceros más
destacados de esta expresión democrática fueron desplazados de los
medios pú-blicos... El pensamiento crítico es satanizado desde espacios
de la ins-titucionalidad. Ese movimiento vital y creador, una verdadera
demo-cracia, donde importantes sectores del Pueblo Bolivariano podía
expresarse en toda su diversidad, está languideciendo. Ella era la
de-mostración práctica y cotidiana de la actitud democrática del Proceso
y el Gobierno frente a la cual chocaban las denuncias del imperialismo y
la burguesía de que la Revolución era antidemocrática y Chávez un
dictador. La recuperación de ese espíritu de diversidad de pensamien-to,
de respeto por las distintas corrientes del Proceso en el debate
abierto y franco es imprescindible para salvar la Revolución. De lo
con-trario ésta agonizará o cambiará su contenido democrático y
participa-tivo por las viejas fórmulas de la democracia formal, donde
hablan los que “saben”, piensan los académicos domesticados y reina un
pensa-miento único que terminará matando la creatividad rebelde e
irreve-rente de nuestro pueblo. La recuperación de ese espíritu y esos
espa-cios es una de las luchas centrales del próximo periodo. Se trata
de poner de nuevo a funcionar el principal motor del proceso: “Moral y
Luces”. Y para eso hace falta incentivar la participación democrática,
libertad para expresar las diferencias y respeto por el pensamiento
crítico.
La defensa del Gobierno del Presidente Maduro y a las
conquistas del proceso bolivariano frente a los ataques que puedan
sufrir, exigen re-doblar el esfuerzo en la lucha contra la crisis
económica y la guerra por la apropiación de la Renta Petrolera, que es
hoy la primera priori-dad. No puede hacer que dejemos de ver lo que está
en juego en el tiempo que viene. Por eso planteamos estas propuestas
para reorien-tar el rumbo del Proceso. La voluntad del Pueblo chavista
para defen-der el Proceso Bolivariano quedó probada una vez más el 8 de
Di-ciembre pasado. Superando este año de hechos dolorosos y de
incer-tidumbre, demostró que su voluntad de transformación está integra.
Ese pueblo trabajador, que respondió al llamado del presidente Madu-ro
para las elecciones del 8/D, entra, habiendo constatado su fuerza, a las
peleas que en defensa de las conquista del Proceso se aveci-nan. Por
eso es que el 2014 será año de definiciones.