jueves, 23 de agosto de 2018

"LOS CLAP" sistema paralelo de distribución de alimentos en venezuela

SOMOS LA VOZ:
Comunidad Organizada
Ante la actual situación de desabastecimiento de la guerra Económica y Financiera en el país, el gobierno nacional de el presidente NICOLAS MADURO implemento una nueva medida para solventar el problema de distribución de alimentos. Los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (Clap). El 3 de abril de 2016 nacen los (Clap) en el Municipio la trinidad y se perfeccionan en el Municipio independencia del Estado Yaracuy. en los cuales las propias comunidades abastecen y distribuyen los alimentos prioritarios a través de una modalidad de entrega de productos casa por casa. Su conformación: las comunidades deben organizarse en torno a sus consejos comunales, elegir un responsables por manzana y realizar un censo que precise la cantidad de familias que conviven en ese territorio.

entrega a la familia
Con los datos recabados se contabiliza la cantidad de bolsas o cajas de alimentos de diversos productos, entre los cuales se encuentran la harina de maíz para hacer arepas, aceite comestible, arroz, pasta, leche en polvo, caraotas, azúcar y café entre otros, para abastecer a todos los hogares y se hace la solicitud a la sala situacional del Municipio de Alimentación ente encargado de la distribución. Al llegar los productos, que son pagados a precios subsidiados, los responsables del CLAP los reparten por bolsas y cajas hacen la entrega familia por familia. Al mecanismo de distribución se suman las redes de abastecimiento del Estado, Mercal y PDVAL, El ministerio de Comunas está en la tarea de certificar y registrar a todos los CLAP debidamente organizados para optimizar la relación de estos con los proveedores, las actividades socioproductivas del Clap serán “desarrolladas en función de las necesidades de las familias en absoluta vinculación con el territorio y activación productiva eficiente y sostenida con base en las necesidades de la población y el sistema popular de distribución de alimentos”. El Clap que desarrolle actividades socioproductivas formará parte del Sistema Económico Comunal, pues estos serán clave para la construcción de la “nueva economía comunal” que adelanta el Gobierno de Nicolas Maduro. Todos los (Clap), organizados a nivel nacional en las distintas comunidades, suministraran a cada familia, una planilla que se deberá llenar con los datos correspondientes, los cuales son:
  1. Números de integrantes de la familia.
  2. Edad integrante de la familia.
  3. Si alguno tiene enfermedades crónicas o discapacidades.
  4. Indicar si están trabajando o se encuentran sin empleo. 
    bolsa Clap

Estas bolsas serán entregadas una mensualmente y progresivamente este plazo se hará acartonando hasta entregar una cada 15 días. Los CLAP están asignados a la Gran Misión de Abastecimiento Seguro y Soberano de la Fuerza Armada Nacional. 

  1. El estado mayor estatal y municipal del sistema popular de distribución de alimentos son los encargados de garantizar la conformación de los comités organizadores.
  2. Una vez establecido el comité, se procederá la estructura base del CLAP, con la elección de un jefe de calle, vereda o cualquier organización territorial que corresponda.
  3. Luego se procederá a realizar una asamblea con el Poder Popular para la explicación del sistema de distribución y a ruta de implementación de la comunidad.
  4. La primera distribución será casa por casa en las comunidades que conforman el Comité local de Abastecimiento y Producción.
  5. Los concejos comunales son necesarios para la conformación de los CLAP, así como la organización popular.
  6. Las comunidades deben dirigirse a la guarnición de su estado, con la finalidad de conformar los CLAP. 

    Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) nacieron por iniciativa de los venezolanos para sortear los estragos de la guerra económica, la especulación y el acaparamiento que imponen sectores de la derecha en el país. A través de esta vía se distribuyen más de 60.000 toneladas de alimentos y productos básicos a los sectores más vulnerables de la sociedad venezolana.
    La meta es que 12 millones de familias, es decir 3 millones de hogares, reciban los productos CLAP cada 15 días. Esta modalidad fue ideada como mecanismo para combatir la reventa, especulación, acaparamiento y contrabando de los rubros básicos. En el marco de una guerra económica denunciada por el Gobierno del presidente Maduro y promovida por sectores de la derecha nacional e internacional, se ha buscado implementar las medidas pertinentes para la protección del pueblo ante la escasez y desabastecimiento de alimentos y otros productos.
     




viernes, 10 de agosto de 2018

Fernando Buen Abad Domínguez.. La Comunicación

 Rebelión/Instituto de Cultura y Comunicación UNLa
 
 Aquel que decide usar (individual o corporativamente) una o varias herramientas de comunicación para mentir, calumniar, exhibir o criminalizar a personas u organizaciones (y una larga lista de ataques diseñados por laboratorios de guerra psicológica) comete un delito que, hasta hoy, mayormente goza de la impunidad más absoluta. Es la muerte mediática de las personas y las organizaciones bajo la bendición de las mafias que se adueñaron de la economía, del poder y de las herramientas de producción comunicacional y cultural. Lo denuncia ya el Informe MacBride desde 1980. No existe un sistema (realmente existente) capaz de instruir justicia veloz y consensuada para poner a salvo a las víctimas o, en su caso, proveer la reparación de daños de manera pertinente y suficiente. Lo que hay es palabrerío leguleyo y burocracia sorda. Hay casos a mansalva, de alcance nacional e internacional. Todos los días en las pantallas de televisión, las radio difusoras y la prensa escrita… en las “redes sociales” y en cuanto foro controlan las mafias del poder, alguna persona o alguna organización política es acribillada con falacias, calumnias o agresiones de todo tipo. Se despliegan todas las formas de la ofensiva impune que recorre desde las “humoradas” aparentemente intrascendentes, la siembra de sospechas infundadas y las acusaciones sin prueba. Usan tonos dramáticos o risotadas burlonas, usan argumentos con tono erudito y usan las emboscadas ideológicas más perversas para imponer a la “opinión pública” el imaginario perverso de sus mentiras siempre obedientes a los intereses de la clase dominante. No importa a qué o a quién sacrifiquen, parcial o definitivamente, en la “plaza pública” de las canalladas oligarcas. 
Hay “políticos” que han desarrollado campañas electorales basadas en mentir sistemáticamente sobre los temas más sensibles a la sociedad pero a sabiendas de que incumplirían cada palabra. Hay programas de televisión, disfrazados de “debates” desde donde se pertrechan a diario las ráfagas más inclementes de falsedades y acusaciones contra lideres y organizaciones políticas que no son de su agrado mercantil. Hay páginas de internet dedicadas exclusivamente a insultar y esparcir falsedades sobre personas que no tienen el más elemental derecho a su defensa legitima. Reina un sistema de miedo instalado para disciplinar o para aniquilar el disenso o la crítica. Para colmo se han instalado los métodos de despido masivo contra periodistas o lideres de opinión popular y con el despido viene una catarata de falacias que añade desprestigio al desempleo. Sigue siendo un ejemplo emblemático mundial la portada del diario español El País, que exhibió, con insidias de género diverso, la imagen de una persona a la que se le hacía pasar por el presidente Hugo Chávez. 
No existe todavía una disciplina síntesis que articule al campo del derecho con el de la comunicación y la cultura, es decir, el ejercicio de la justicia para poner a salvo a la población ante los crímenes comunicacionales que se cometen masiva e impunemente. Nadie puede decir que la violencia mediática, y sus linchamientos, no son una calamidad mundial. Es un espectáculo terrible, un crimen contra el pueblo, es crucial quebrar el dominio de la impunidad y su caracterización como realidad intocable e irreversible. No será el miedo a la obviedad lo que silencie las aclaraciones de combate.
La oligarquía ataca cuidando los intereses suyos y los de sus secuaces, con adjetivos lapidarios, con el plan macabro que se sustenta en la hegemonía de la industria militar yanqui, en su crimen organizado y en sus máquinas de guerra ideológica. Y se sustenta, claro, con el servilismo y la complicidad de las jaurías asesinas que han secuestrado gobiernos en todo el planeta. Algunos se hacen llamar “periodistas”. 

Un mundo con justicia comunicacional y cultural, en paz, sin explotados, sin hambre, sin clases sociales… sólo puede ser conquistado por quienes luchan para contribuir a enterrar al capitalismo y por quienes luchan por el reino de la justicia social. Es crucial tener muy claro, esclarecer, que debemos protegernos y atacar, al mismo tiempo, para defendernos de un colonialismo “multipolar” nuevo. Hay que romper sus paradigmas económicos y culturales que son vertederos de lógica imperial y arrogancia burguesa. Desactivar las formas del engaño por más “ilusionista”, “generoso”, “progresista”… que se disfrace, porque se trata de inoculaciones de “falsa conciencia” dirigidas contra los pueblos, en todo el mundo y, muy especialmente, contra las iniciativas emergentes del Sur, que deben asumir sin engaños el rol emancipador que están obligadas por exigencia de los pueblos. 

Una red de Fiscalías Especializadas en Delitos Comunicacionales, en manos de los pueblos y a nivel planetario, no se consigue sólo con voluntarismos nuevos; no se arregla entre “convenios de cooperación” ni con abrazos efusivos o apretones de manos diplomáticas. Está en medio el debate capital-trabajo y está la Historia horrenda y dolorosa a que ha sido sometida la humanidad por la barbarie y el despilfarro de las clases dominantes ahora multiplicadas, exponencialmente, para operar como un silenciador térmico capaz de desterrar del diccionario político de los pueblos, la palabra justicia y equidad comunicacional y cultural. Alerta, entonces, con palabrería anestésica especializada en fabricar dosis de reconciliación de clase y desmemoria macabra, sólo que con fachadas democratistas en comunicación.
Exijamos acciones semánticas y políticas suficientes para que la justicia comunicacional no sea un espejismo de género nuevo, ideado por los “think tanks” de moda en el “top ten” del saqueo y la explotación “revival” donde la clase trabajadora aparece condenada siempre a pagar esa pachanga. No vamos a engañarnos.
Mejor que la justicia a secas, es la justicia de pueblos libres, la que nos permita mirarnos fraternal y solidariamente a con la participación que no esclaviza, la que se hace rigurosa en el combate al hambre, a la explotación y al saqueo, la que no depreda al planeta ni a los seres humanos. Es mejor la justicia que no esconde las vergüenzas propias como a la “loca de la casa”. Es mejor la justicia que exhibe las heridas que el capitalismo le ha infligido y demuestra cómo se lucha contra los males endógenos y exógenos con un plan emancipador, desde lo económico hasta lo intelectual. Es mejor la justicia que no esconde la explotación de los obreros ni en China, ni en Rusia ni en donde exista. Por esa justicia de los pueblos emancipados es que se lucha desde hace mucho tiempo, es la que anhelan quienes luchan por la unidad en la que nada tenemos que perder. Saquemos cuentas.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Los actores de la conspiración contra Venezuela

Eduardo Andrade Bone

El reciente intento de magnicidio contra Nicolás Maduro y cuya operación con drones fuera neutralizada por integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, forma parte de un plan de larga data y que tiene por objeto poner fin al proceso de cambios que vive Venezuela, conocido como revolución bolivariana. Pero también fue un atentado de advertencia a las fuerzas armadas, con el objeto de dividirlas y sumar un sector para promover un golpe de estado.
Ahora la ofensiva de Estados Unidos para poner fin al gobierno de Maduro se remonta al gobierno de Barack Obama, el que dictó la orden ejecutiva (decreto/ 2015) que declara a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”. Posteriormente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó la prórroga por un año de la “Emergencia Nacional” contra Venezuela. Lo que además se ha constituido en sanciones económicas, sanciones a funcionarios de gobierno y las fuerzas armadas. También el gobierno norteamericano ha promovido el bloqueo a los productos alimenticios y medicamentos diversos, todo dentro de los planes desestabilizadores de la Casa Blanca...
EE.UU
Los intentos por desestabilizar el gobierno venezolano tienen muchas aristas y también muchos actores que, de forma directa, o desde las sombras conspiran constantemente contra la democracia venezolana. Venezolanos lacayos de los Estados Unidos, complotadores extranjeros, ONG financiadas por EE.UU., las organizaciones de profesionales diversos, la plutocracia nacional y el sector más reaccionario y conservador de la Iglesia Católica, suelen ser los principales complotadores en el país caribeño.
Dentro de estos diversos actores y que juegan un papel de primera línea en poner término a la revolución bolivariana, se encuentra la Organización de Estados Americanos, cuyo Secretario General Luis Almagro, es un buen vasallo de los intereses de Estados Unidos para la región y uno de los líderes que encabeza la conspiración además de coordinar las acciones con la Unión Europea y algunos países miembros de la OTAN (Colombia).
O.E.A
El nuevo mandatario colombiano, Iván Duque, también insistió en que la región debe apoyar al secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en sus gestiones para seguir complotando al gobierno de Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI). Duque se reunió con Almagro el pasado 1 de julio, durante la visita que realizó a EE. UU. tras su elección.
También tenemos al llamado Grupo de Lima, compuesto por gobiernos de derecha y cuya mayor parte de sus presidentes engrosan las filas de los mandatarios ligados a la corrupción (Odebrecht+ -), entre ellos la familia Macri (Argentina), el estafador de Bancos Sebastián Piñera (Chile), Juan Manuel Santos (Colombia) y Peña Nieto (México) los cuales ya casi terminan sus mandatos. El corrupto y presidente de facto de Brasil, Michel Temer. Además de los países tradicionalmente serviles a las políticas de EE.UU. como Costa Rica, Guatemala Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, también con mandatarios cuestionados por corrupción.
GRUPO DE LIMA 
Recientemente y ante de culminar su mandato, Juan Manuel Santos expreso a la prensa que… “veo cerca la caída del gobierno de Nicolás Maduro  en Venezuela, afirmo el presidente saliente de Colombia, para luego añadir que Maduro caiga, ojalá de "forma pacífica". Sin embargo, insistió Santos, "ojalá mañana" mismo terminara el gobierno de Maduro, quedando al descubierto como uno de los principales complotadores contra Venezuela.
Ahora el sucesor de Juan Manuel Santos (Colombia), el ya presidente de Colombia, el uribista Iván Duque, acordó en su visita como presidente electo con la Casa Blanca con el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence (5 de julio 2018), seguir presionando al Gobierno de Venezuela. "Hablamos sobre la situación de Colombia, sobre nuestra agenda de seguridad, hablamos también de la situación que se está viviendo en el continente por la dictadura de Venezuela", indicó Duque a la prensa.


Por su parte, Pence expresó en un tuit que había hablado con Duque sobre "la alianza estratégica" bilateral "en el combate al narcotráfico", y que habían "reiterado la necesidad de mantener presión al régimen de (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro para afrontar el trágico colapso que se viene de la democracia en Venezuela".
Duque dejo entrever con Pence sobre una posible vía militar en Venezuela, después de que la Casa Blanca confirmara a la agencia Efe que el presidente estadounidense, Donald Trump, preguntó el año pasado a su equipo sobre una invasión del país caribeño y, aunque nunca llegó a planearla en serio, no se ha descartado esa opción.
Pero eso no fue todo, pues Duque concluyo su viaje a Washington en donde se reunión con otras autoridades estadounidenses como el secretario de Estado, Mike Pompeo , la directora de la CIA, Gina Haspel y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Además con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y directivos del Banco Mundial , todo eso ocurrido el 5 julio del presente año.
Para posteriormente señalar que había invitado a Pence a su investidura el 7 de agosto y confió en que "EE.UU. tenga la más alta representación posible". Ahora en el acto de envestidura de Duque, ha estado considerado una reunión de coordinación con Mike Pence y Luis Almagro, además de algún representante de la oposición al gobierno de Maduro, con el objeto de afinar y coordinar la forma en que se intenta poner fin a Nicolás Maduro y su gobierno, Cuyo objetivo final, no es otro, que apropiarse de los recursos naturales de Venezuela, en especial de una de las mayores reservas petrolíferas existentes en el mundo, con las que cuenta el país caribeño.

De allí que ya están tiradas todas las cartas sobre la mesa y que no son otras que la asfixia económica, el intento de magnicidio como ha ocurrido durante estos días, la posibilidad crear condiciones para un golpe de estado dividiendo a las fuerzas armadas, impulsando acciones terroristas que desconcierten a la población, desatar una guerra civil o producir una intervención militar directa, cuya carne de cañón primero sean los paramilitares y los carteles del narcotráfico de colombia, para luego continuar con los efectivos militares estadounidense que se encuentran afincados en las ocho bases militares que tiene Estados Unidos en Colombia.
También cabe destacar que el Imperio cuenta con un aliado importante para sus intentos desestabilizadores, son los diversos grupos radicales de izquierda, que no apoyan y no aportan nada al proceso de cambios y que desde ciertos medios a través de le red Internet, se dedican a despotricar contra la revolución bolivariana haciéndole el juego a los golpistas, factor que también hay que tener en cuenta, a la hora de analizar la política interna de Venezuela.
De allí que el cuento de la crisis humanitaria, la problemática de derechos humanos y el carácter de dictadura, son elementos que explotan los medios de prensa occidentales con el objeto de crear todas las condiciones propicias para facilitar y justificar la desestabilización del gobierno de Nicolás Maduro y el proceso de cambios que vive Venezuela.
Para la oligarquía venezolana, los grandes empresarios y los intereses geopolíticos de los EE.UU. para la región todo vale, incluso sumir a Venezuela en un baño de sangre, en donde los grandes perdedores será la clase trabajadora, los sectores sociales que apoyan el proceso de cambios, los miembros de las fuerzas armadas que apoyan la revolución bolivariana y la perdida del control sobre sus recursos naturales, tan simple como eso.

Es hora de aprovechar el fracaso del “Bahía de Cochinos” venezolano

 
Si uno o varios drones cargados con el potente explosivo C4 sobrevuelan el palco donde estaba el presidente Nicolás Maduro y el alto mando militar bolivariano, y además dos de esos aparatejos al ser desviados de su objetivo principal (asesinar al Presidente y a muchas más personas) se estrellan o explotan en el aire e hieren a siete concurrentes a la ceremonia, ¿alguien que esté en sus cabales puede creer que se trata de una farsa o un autoatentado?
Si además, casi al mismo tiempo que ocurría este frustrado intento de magnicidio, desde Miami, la infaltable pseudo periodista Patricia Poleo, con gesto de dramaticidad, 

 por su red habitual procedía a leer un comunicado redactado por los mismos que pergeñaron la idea siniestra de atentar contra un mandatario que en las urnas les ganó varias veces por nocaut, ¿es posible que varios países que se dicen democráticos de Latinoamérica y el mundo, se hagan los distraídos y no condenen el hecho?
Si un presidente, que de “santo" tiene poco y nada, que además, por esas cosas inexplicables de la política, posee un premio Nobel por una paz que él mismo ha saboteado. Si ocurre que ese hombre que en casi todos sus últimas intervenciones se complacía en sentenciar que


“a Maduro le queda poco en el Gobierno, ¿puede seguirse negando que el grave atentado de Caracas es un invento de los propios que resultaron heridos en la acción terrorista?
Si para más pruebas, el arrodillado (ante el Imperio) Luis Almagro, tan presuroso él en condenar cuanto hecho de avance revolucionario ocurre en Venezuela, ahora se haya convertido en el ciego, sordo y mudo de la OEA frente a un suceso que no terminó en tragedia porque todos los Dioses protegen a Maduro y la Revolución. Los Dioses y quienes colocaron los elementos tecnológicos de autodefensa que le impidieron a los drones y sus impulsores llenar de más muertos las calles de Caracas.
O.E.A
Está claro que quienes hablan de autoatentado y los que no condenan lo obvio, estaban esperando festejar la muerte. Ellos mismos son la muerte. Y la impulsan todos los días, hambreando y reprimiendo a sus pueblos, generando la idea de que además de aplicar estrategias letales a nivel masivo, cuentan con la protección de poderes judiciales y muchas veces legislativos que les aseguran impunidad. Los ejemplos están a la orden del día: Macri, Temer, Piñera, Peña Nieto, Jimmy Morales,Santos (y muy pronto Duque), Trump, Macrón y la lista se hace interminable.
Por eso están empeñados en borrar al chavismo del mapa venezolano y después de intentarlo por todos los medios (cada uno más brutal que el otro) ahora quisieron demostrarle al mundo que podían atravesar el mayor de los limites y asesinar a quienes tanto odian. Porque Venezuela, así como lo ha sido Cuba siempre, es el "mal ejemplo" en donde millones de luchadores y luchadoras se autoreferencian para no bajar los brazos. Lo hacen con la dignidad de los que se saben en el buen camino de las ideas, y la misma serenidad que tuvo Maduro cuando las explosiones comenzaron a verse y oírse desde el palco presidencial.
Grupo de Lima

Los yanquis y su Comando Sur, la OEA, el dueto Santos-Uribe. y cada uno de los mandamases del Grupo de Lima, se quedaron sin festejar, sencillamente porque el mayor escudo protector que tiene Nicolás Maduro es el propio pueblo venezolano. Esa masa de sufrientes cotidianos de la guerra económica y sobrevivientes heroicos de las guarimbas violentas de meses atrás. Ellos y ellas, que están dispuestas a bajar cuantas veces sea necesaria de los cerros para defender una Revolución que les pertenece más que a nadie.
Frente a esta “Bahía Cochinos” a la venezolana, el Gobierno sale más fortalecido y deberá aprovechar el subidón de adrenalina que provocan las solidaridades internas y externas, para arremeter contra los conspiradores, los golpistas y los asesinos del pueblo, pero a la vez generar las condiciones para romper el bloqueo imperialista y que la comida y los medicamentos no sean un factor de ruptura con quienes apoyan la Revolución con su propio cuerpo. En estas circunstancias hay que vencer la duda y escapar de los consejos de los subordinados a los comportamientos “políticamente correctos”. La Revolución se salva si se profundiza hacia el socialismo. Allí está el ejemplo de la Marcha Campesina Admirable, cuando después de ciertos titubeos e intentos de invisibilizar a quienes recorrieron "a pata" cientos de kilómetros, Maduro, Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez, les reconocieron sus reivindicaciones (que son las de muchos sectores populares) y ahora hace falta ejecutar planes de urgencia para que el latifundismo y el sicariato sean tratados como lo que son: enemigos del pueblo bolivariano.

Son tiempos de definiciones como cuando Hugo Chávez volvió de la muerte en La Orchila. No hay que desaprovechar la oportunidad de que los golpistas volvieron a fracasar. Nicolás Maduro tiene la altísima responsabilidad de dirigir esta ofensiva hasta la victoria final, caiga quien caiga, sean ellos los enemigos declarados o esas quintas columnas encaramadas en el propio chavismo: como esos gobernadores que mandan a reprimir campesinos o consideran "invasiones de tierras" lo que son acciones de recuperación frente a los terratenientes, como bien enseñaba el Comandante Chávez. Urge hacer lo que hay que hacer para solidificar las propias filas y convertirlas en muro inexpugnable.
Con el pueblo y con Maduro, sin ningún tipo de dudas, nos alineamos todos y todas quienes consideramos a la Revolución Bolivariana como uno de los arietes fundamentales para golpear al imperio.