Así como fue necesario movilizarse, y mucho más, para rescatar a
Venezuela del golpe criminal orquestado por el Imperio, por Carmona y
por sus jaurías… así se hace necesario refrendar el camino cívico
militar de la Revolución Socialista con una Constituyente de nuevo
género. Eso ni es fácil ni puede ser desordenado, debe ser un proceso
riguroso, bien organizado y riguroso para expresar, en toda su potencia,
el estado actual de la democracia participativa. Hay que completar, a
toda costa, las tareas de la Revolución.
Es hora afianzar los
paradigmas políticos en una revolución Constituyente capaz de derrotar
para siempre la Guerra Económica que tan dura ha sido para la clase
trabajadora y tan injusta ha sido para la historia misma de la
Revolución.
Es hora de “meter mano” a fondo a todo resabio burgués en la
estructura jurídico-política de Venezuela (y de todo el mundo) para que
la Asamblea Constituyente desmenuce -con las manos de todos y a la
vista de todos- las guaridas “técnicas” de la democracia burguesa donde
se incuban las emboscadas tendidas para hacer pasar por “legales”
cientos de canalladas. Pocas cosas son más horrorosas que un pueblo,
humillado y hambreado, vote por verdugos que lo matan repitiendo la
ideología que lo esclaviza. Cuando la burguesía dice “democracia” sólo
piensa en proteger sus privilegios con los votos de los trabajadores
explotados. Se atreven a hablar de democracia arrodillados ante el
imperio y rogándole una invasión anti-democrática. Así es la moral
burguesa. Ya basta
Es hora de acelerar la Cultura del
Socialismo, profundizar sus principios de organización, movilización,
igualdad y solidaridad que encuentren para siempre el punto de no
retorno que el “Plan de la Patria” exige. La Revolución no se enriquece
sólo por luchar contra las miserias de la burguesía sino por esmerarse
cada minuto en la vida nueva y buena. Estamos obligados a respetar las
“reglas del juego” pero no las reglas del juego sucio burgués. Por eso
luchamos. Hay que desplegar la Batalla de las Ideas Constituyentes,
blandir razones supremas del Poder Popular y profundizar la Revolución
Socialista. Un gran aporte a la Constituyente será tener bien fresca la
memoria bolchevique y todas las trampas que la acosan. Un efecto de la
Constituyente es exhibir la debilidad terminal a los incapaces de
someterse al escrutinio del Poder Originario.
Algo muy bueno
para la humanidad debe estar haciendo la Revolución Venezolana con su
Constituyente que los criminales burgueses están desesperados por
destruirla. Están agudizadas las contradicciones. La burguesía se puesto
el traje de terrorista y salió a lloriquear ante el imperio pidiendo
una intervención militar y dinero para descarrilar violentamente la
revolución elegida y nutrida por la mayoría de los venezolanos. Están
sobre la mesa las “cartas” y la oligarquía muestra con desparpajo su
rostro de odio.
La burguesía elige el camino del terrorismo
cuando es incapaz de mantenerse con política. Entonces llama
“democracia” a todos sus crímenes. No disimula su aberraciones, pregona
la barbarie como método y exhibe su papel de “vendepatrias” con
impudicia e impunidad absolutas. Toda la violencia organizada que se
siembra en el planeta viene de los bolsillos de la burguesía. Los
pueblos no asesinan a los pueblos. Sólo los muy desprevenidos, o los muy
hipócritas, no se percatan del enfrentamiento de clases desembozado al
calor de la lucha, las batallas y las victorias del pueblo
revolucionario de Venezuela.
No podemos cambiarlo todo en un
solo día pero ¿Qué es aquello que podemos y debemos hacer para
defendernos de la barbarie capitalista depredadora? ¿Qué carácter debe
asumir la Constituyente para ser, como debe ser, exprsión de las
esperanzas y factor de praxis decisiva? Ellos nos quieren reprimidos y
agradecidos. Nos quieren hambrientos y aplaudiéndoles. Nos quieren
saqueados y orgullosos. O sea... esclavos. Aquí se necesita la fuerza de
todos los compañeros que en la Batalla de las Ideas Revolucionarias
entienden su lugar y la potencia de su apoyo.
Es hora de que
una Constituyente de la Patria, del Poder Originario, desate una
revolución comunicacional profundamente renovada para derrotar mentiras e
ignorancia, para liberar la expresión popular en todas sus voces y en
su derecho a clamar por justicia en todos los ámbitos. Hay que ganarse
el respeto del pueblo revolucionario de Venezuela honrando su decisión
democrático-participativa de gobernarse con su Constituyente patriótica y
revolucionaria, siendo soberana con sus recursos naturales, su riqueza
humana, su fuerza creativa y vocación de Estado Comunal. Hay que amasar
la solidaridad con ese pueblo bravo y valiente que se hace a sí mismo en
la práctica diaria de su Revolución Permanente.
Basta ya de aventuras terroristas y entreguismo criminal al imperio.
Venezuela se respeta, hay que decirlo cuantas veces sea necesario. No se
metan con Venezuela. Déjenla vivir, construir su Constituyente, su
anhelo socialista y su Plan de la Patria. Sus logros y su autocrítica.
Respeten su constitución y su historia, su firmeza y su entereza.
Respeten al pueblo de Bolívar, al pueblo revolucionario que elije al
Socialismo como única salida para la humanidad. Venezuela se respeta, no
lo olviden. Que frene la burguesía su locura asesina y servilismo
criminal.
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